El huerto educativo constituye una herramienta multidisciplinar que nos permite abordar contenidos de educación medioambiental, el concepto de responsabilidad social para una alimentación saludable, desarrollar el trabajo en grupo así como el conocimiento del trabajo en el campo y la concienciación ecológica tan necesaria en nuestros días. A pequeña escala, supone un modelo de organización y de relaciones entre el ser humano y la naturaleza constituyendo un recurso educativo de especial interés pudiendo también integrarse de diversas formas en las áreas curriculares tradicionales.

Cada centro educativo cultiva y gestiona el huerto de manera independiente, según su programa educativo y sus características, es decir, cada centro educativo posee total autonomía en sus diferentes concepciones, niveles educativos y utilización pedagógica:

  • Como núcleo temático de múltiples disciplinas: hilo conductor de las actividades que se desarrollan en las diferentes áreas (Educación Física, Ciencias de la Naturaleza, Ciencias Sociales, Educación Plástica y Visual, Lengua Castellana y Extranjeras, Matemáticas…)
  • Como herramienta para trabajar algunos de los objetivos de las diferentes líneas transversales (Consumo, Educación para la salud, Coeducación, Corresponsabilidad….)
  • Como taller, o laboratorio en el que se pueden realizar distintas actividades relacionadas con las diferentes labores que se realizan. Ser una actividad extraescolar. O simplemente ser una materia opcional, como taller optativo.

Muchos son los objetivos planteables desde esta actuación. Cabe decir que cada centro es autónomo para definir los suyos propios, aunque a niveles generales:

  1. Se trata de que desde cada centro se pueda abordar globalmente una pluralidad de objetivos, además de una amplia variedad de contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales de los distintos ámbitos y áreas educativas.
  2. Permitir al alumnado integrar sus aprendizajes, ponerlos en relación con distintos tipos de contenidos y utilizarlos de manera efectiva cuando les resulte necesario en diferentes situaciones y contextos, según se establece en las competencias básicas.
  3. Promover la inclusión de todas las personas (Cooperación, autoestima…).
  4. Impulsar una serie de valores y actitudes necesarias para un cambio hacia hábitos y comportamientos más respetuosos con el medioambiente y de mejora de hábitos de vida saludables.

Nuestros huertos, son además espacios que facilitan el trabajo en grupo, las decisiones por consenso y, por supuesto la igualdad entre todas las personas que participan.